Wednesday, July 1, 2009

Honduras: La Gota Que Llenó la Copa

Honduras: La Gota Que Llenó la Copa
Por Raúl Lombana Hernández el 29 de Junio 2009 3:45 PM

Lo sucedido el fin de semana en el país centroamericano es el colofón de una crisis política interna que se originó por el deseo del depuesto presidente, Manuel Zelaya Rosales, de imponer el modelo chavista (Socialismo del Siglo XXI) pasando por encima de la Constitución Nacional de su país. Los reiterados llamados que le hicieron los estamentos legales y legislativos de Honduras advirtiéndole de la ilegalidad de la consulta interna no fueron tenidos en cuenta por el ex mandatario, quien al estilo de Chávez trató de pasarse la Constitución de su país por la "faja" cómo diríamos en Colombia.
La decisión tomada por las fuerzas armadas hondureñas en concurso con el congreso de ese país se venía venir. Al interior de la república centroamericana se consolidaba un movimiento de oposición a las políticas que eran implementadas por el depuesto presidente Zelaya. La intromisión del gobierno venezolano en asuntos internos de Honduras produjo el resultado que todo el mundo conoció este fin de semana y que terminó con la expulsión del aliado de Chávez.
Sin lugar a dudas, los acontecimientos que se suscitaban en Honduras eran de conocimiento internacional. Muchos presidentes del continente expidieron comunicados de respaldo hacia el depuesto presidente hondureño. Organismos internacionales también dieron muestras de apoyo a Zelaya Rosales, quien se encuentra en territorio nicaragüense. Para la comunidad internacional lo sucedido en Honduras fue considerado un golpe de estado. De ahí su rechazo y el no reconocimiento del presidente elegido por el congreso, Roberto Micheletti.
Lo sucedido en Honduras es un presagio de lo que se está dando en el continente americano. La llegada al poder en varios países de la región de personajes afectos al gobernante venezolano, Hugo Chávez, está provocando una polarización sin precedentes en esas naciones. La injerencia de este último en asuntos internos de esas naciones está provocando reacciones violentas al interior de la sociedad. El mandatario venezolano no ha escatimado recursos ni propaganda para granjearse el respaldo de estos gobernantes, quienes actúan de forma diligente para cumplirles los deseos de éste.
El Socialismo del siglo XXI, cómo ha denominado Chávez a su plan expansionista en la región, se está imponiendo a la vieja usanza del bloque soviético en la época de la guerra fría. El giro ilimitado de recursos para adoctrinar a simpatizantes en pro de su causa ha logrado cierto eco en las comunidades más deprimidas de esos países. Todos esos recursos son usados para fustigar a la oposición, capitales privados y medios de comunicación que no se alineen con su causa. Todo aquel que ose enfrentarlos es considerado enemigo a destruir.
Los eventos ocurridos en Honduras también son una prueba fehaciente de que al chavismo se le va a pagar con la misma moneda.
Al interior de Venezuela, Chávez tiene una oposición fuerte y que todos los días se robustece a pesar de los ataques sistemáticos que hace el gobierno venezolano en su contra. Las salidas en falso, en donde se ataca sin ningún tipo de recato a los medios de comunicación, le están granjeando el rechazo internacional. El frenesí por considerarse la reencarnación de Bolivar lo está llevando a que sólo las bases populares adoctrinadas a su causa lo sigan.
Los eventos grotescos, en donde a cada decisión en su contra es respondida sacando a las calles a miles de "simpatizantes", ha sido copiada al carbón en los países que ha influido.
La falsa democracia que plantea el modelo chavista y sus aliados en la región es débil, basta ver lo que está ocurriendo en los países aliados. La insostenibilidad de este "modelo", el cual se pretende imponer a sangre y fuego, Honduras la ha desnudado. Está muy cerca el día en que en Ecuador, Bolivia y Nicaragua copien lo sucedido en Honduras. La prepotencia con la que estos mandatarios arremeten en contra de la democracia de sus países ha generado una oposición en contra de ellos. Estos países han caído bajo el influjo de Chávez por la calidad de sus gobernantes, pero hoy la oposición ha crecido ostensiblemente. Los dineros del gobierno venezolano cada día pierden más poder de convocatoria. Las mismas personas que hoy se benefician directamente de estos recursos serán las mismas que expulsarán el Socialismo del Siglo XXI de sus territorios.
Las declaraciones dadas por los "amigotes" de Chávez, inclusive por él mismo, en contra de lo sucedido en Honduras produce carcajadas. Ver a este último vociferando y amenazando al pueblo hondureño da risa.
No se puede seguir desconociendo que lo sucedido al interior de Honduras es la respuesta legitima ante una agresión directa en contra de su democracia por parte de gobiernos extranjeros. Quienes, realmente, pretendían darle un golpe de estado a la democracia de ese país eran los seguidores del esperpento autodenominado Socialismo del Siglo XXI. Es tanto el rechazo que siente el pueblo hondureño a la agresión permanente de Chávez hacia su democracia, que por unanimidad en el congreso, es decir, oposición y oficialista, respaldaron la decisión tomada por las fuerzas armadas de ese país.
En concordancia con lo anterior, los resultados electorales en Argentina muestran que el chavismo está perdiendo terreno cada día. Los pueblos latinoamericanos que se han dejado embaucar por la retórica de la coacción están recomponiendo sus rumbos. La derrota que sufrió el ex presidente Néstor Kirchner, esposo de la presidenta Cristina de Kirchner, es otro revés igual al que sufrió en Chile en meses pasados el chavismo en Latinoamérica.
Sin lugar a dudas, la crisis económica mundial está haciendo mella en el modelo chavista. Tampoco se puede ocultar que el giro que está haciendo Europa hacia la derecha influye notoriamente en la izquierda latinoamericana.
En nuestro país la oposición, aliada ideológica de Chávez y los grupos terroristas colombianos, debe tomar atenta nota. El discurso molido que usan ya no les está dando resultados. Sus viajes felones subvencionados con recursos venezolanos están siendo insuficiente para comprar conciencias entre los demócratas estadounidenses. Colombia sigue siendo el faro en el concierto latinoamericano que encandila permanentemente a los seguidores de falsas ideologías.
La OEA se encuentra en una gran encrucijada ante lo ocurrido en Honduras. Hoy no puede censurar lo hecho por la sociedad de ese país, debido a que ésta actuó para proteger su democracia ante los embates sistemáticos del chavismo en contubernio con el depuesto presidente. La libre determinación de los pueblos debe ser respetada, máxime cuando es agredida por gobiernos extranjeros. Hoy la Organización de Estados Americanos no puede cerrarse al diálogo con los estamentos políticos y militares del país centroamericano sólo para defender a un ex presidente que reiteradamente violó la soberanía de su nación. Mientras que a Colombia se le fustigó, por perseguir a los terroristas internacionales de las FARC, por parte de los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Nicaragua; ahora estos mismos hablen de moral y respeto a la Constitución hondureña.
Por último, la petición de los "amigotes" de Chávez para que el presidente Obama se pronunciara en contra de lo ocurrido en Honduras da grima. Verlos afanados, ahora sí, buscando el respaldo del mandatario estadounidense muestra hasta la saciedad lo ramplón de la izquierda latinoamericana. Hoy, Chávez pretende que Obama, además de las declaraciones dadas por su portavoz, salga a agredir a la sociedad hondureña como lo está haciendo él.
La ñapa: Se hace necesario que la verdadera sociedad progresista latinoamericana salga a refrendar lo hecho con coraje y valentía por el pueblo hondureño. Este es un ejemplo a seguir por las sociedades latinoamericanas que se sienten atropelladas por las acciones de Chávez y sus aliados en la región.

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